¿Con la salida del primer diente de leche o el primer año de vida?
Actualmente la prevención es el pilar de nuestra práctica diaria en odontología infantil. Una vida sin caries es posible si tenemos las herramientas necesarias para poder aplicar las medidas adecuadas en nuestro día a día. La importancia de saber el por qué es crucial para poder entender cómo se comporta la patología más prevalente en el mundo civilizado.
El primer año de vida de un bebé es el periodo dónde más cambios sufre la persona. Nacemos teniendo aprendidos los hábitos primarios indispensable para la supervivencia: respiración, succión, deglución. A medida que pasan los meses pasamos de solo tomar leche materna (o artificial) a empezar a masticar porque erupcionan los primeros dientes temporales, inicia la bipedestación y se empiezan a emitir los primeros sonidos para comunicarse.
La importancia de establecer una relación con el odontopediatra
Y pensaréis, pero ¿por qué odontología desde la erupción del primer diente o el primer año de vida? Este periodo es importantísimo para la instauración de un “Dental Home” u “Hogar Dental” donde se pretende establecer una relación entre la odontopediatra, la familia y el bebé. El objetivo es establecer una educación familiar a nivel de hábitos de higiene bucodental y una toma de consciencia del no consumo de azúcares, los cuales no son para nada imprescindibles para la alimentación del infante. La detección temprana de alteraciones en la salida de los dientes de leche puede evitar muchos problemas futuros. La interrupción a tiempo de un mal hábito es garantía casi segura de un desarrollo bucodental libre de patología. Porque al dentista no sólo se acude para reparar dientes. Se puede evitar una historia odontológica personal que pase por múltiples visitas de tratamientos dentales complejos, costosos y, en muchas ocasiones, no agradables para el paciente.
Visitad al odontopediatra antes de que se detecte la patología, todos saldremos ganando, pero sobre todo los más peques de casa.